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martes, 9 de diciembre de 2025

Refranes al yankee

No hay período más largo e interesante que el de la decadencia y ruina del Imperio Romano, que se lo digan a Edward Gibbon, que dedico su vida a tan ardua tarea. Y ahora viene un yankee a cargarse Europa en 20 años, si es que los vive, para verlo. Dice el refrán dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Mucho me temo que de seguir un tipo así en la Casa White, más años de los que permiten las leyes, sea el responsable del hundimiento de su propio país, al menos del que conocíamos hasta ahora, en la ignominia. Un personaje de estas características está destinado a quemar Roma, pongamos New York. Vivir al son de las explosiones termina haciendo oídos sordos. Putin hace tiempo que descubrió que el que ladra y no muerde es Trump.

lunes, 8 de diciembre de 2025

Versiones hard de las pelis de las folclóricas

Han sido muchas las veces que he leído y escuchado que durante el franquismo la industria cinematográfica patria hizo películas para el país y otras versiones para el extranjero, más picantes u obscenas, de acorde con el gusto del público aposentado más allá de los Pirineos, que es donde empezaba lo verde, decían los aficionados al erótico. El caso es que no he dejado de buscar esas otras producciones de nuestras actrices más emblemáticas, que debieron suscitar el interés de los amantes del destape, cuando en España no solo estaba prohibido sino que era un anhelo imposible. Pero lo cierto es que no doy con ellas, y a estas alturas de democracia y otros mitos lo suyo es que ya hubiesen aparecido y pasado por la tele, y no es así. Por lo que me pregunto muchas veces si todo ese mantra no será sino bulo, e invito al que esté dispuesto a desmentirme que me las enseñe, vía web si se presta, las de Sara Montiel, Carmen Sevilla u otras, y se lo agradeceré encarecidamente, que es para un trabajo de clase.


Capitán Trinquete

El capitán Trinquete, que navegaba con su tripulación y barco, el Cangrejo, en un océano de páginas y viñetas, era uno de mis personajes favoritos del mundo gráfico de finales de los 70. El guión era de Sotillo y el dibujo de Nabau Pérez, artistas olvidados como tantos, incluso siendo hombres. Creo que el único álbum que tuve de la colección me lo leí algo así como un millón de veces. En cada lectura descubría un detalle nuevo, para mi sorpresa. El de Nabau era un estilo espontáneo en la ejecución, una línea que no temblaba y no se corregía, sino que se manifestaba enérgica y viva. Trinquete no dejaba de ser el prototipo clásico de pirata, el de todas las películas, que reunía en su fachada e indumentaria cada uno de los detalles que lo hacían reconocible: el parche en el ojo, la pata de palo, la casaca, el calzón de bandas verticales y el sombrero napoleónico. Cuando se cabreaba disparaba al aire sus pistolas, varias veces, en contra de toda lógica, porque lo hacía con pistolones de un solo tiro, y gritaba aquello de "¡por todas las tortugas de la isla de las tortugas!", para desbaratar sin éxito su mala suerte. Un compañero inseparable era Catarrosa, (amén del loro llamado Parlanchín), que se señalaba por tener siempre un moco en la punta de la nariz. Buenos ratos pasé en la compañía de ambos, eternidades irrepetibles, cuando los días eran largos, se vivía en la fantasía y los abordajes eran de papel.



domingo, 7 de diciembre de 2025

Manos para dar y tomar

Siendo niño mi madre se quejaba de no tener más que dos manos y tal circunstancia hizo que en muchas ocasiones yo meditase al respecto, hasta tal punto que me la imaginaba con muchos brazos, como una araña o un pulpo para poder hacer muchas cosas a la vez. En una peli, una de Simbad el marino, creo que era, salía un combate entre el marino y la diosa Khali, de muchos brazos, y adquirí conciencia de lo peligrosa que sería mi madre armada de muchas zapatillas o espumaderas. Luego tuve la oportunidad de leer un tebeo de Spiderman en el que el arácnido sufría una extraña mutación, o un agravamiento de su mal, y le brotaban varias articulaciones y no sabía donde meterlas, y le daba una depresión muy grande, que era lo más característico de aquellas aventuras: los traumas de Peter Parker. Por todo ello deduje que era más conveniente tener sólo dos manos, y así menos posibilidades de meterlas donde no debía.


viernes, 5 de diciembre de 2025

Se fue Ussía

Ha pasado al purgatorio de los escribientes Alfonso Ussía, que era un señor muy educado y comedido, estirado y culto, aplastado, pero en ocasiones digno de escuchar - si se rodeaba de grandes humoristas -, que nos dejó las mejores estampas cómicas de la izquierdas vistas desde la derecha más aristocrática, y rancia también. Tuvo el acierto de sintonizar con un oyente radiofónico conservador, amigo de señalar la paja en el ojo ajeno, del sociata básicamente, sin reparar en la viga que oscurece el suyo, y calla cuando interesa. No fue santo de mi devoción, aunque buen ariete contra el Garcialorquismo; labor que desempeñó con ahínco quizás por envidia, o porque a su tío lo fusilaron los rojos y no lo han convertido en marca.


jueves, 4 de diciembre de 2025

Memorias del King

Ahora que sale lo de las memorias del rey me acuerdo de la película documental aquella que se hizo de Franco en vida: "Franco, ese hombre", era el título, del 64, y no tenía desperdicio. Venía a ser un lavado de cara del dictador que duraba casi dos horas e intentaba convencer de las formas burguesas y liberales del viejo militar africanista. De este modo se distinguía a un Franco de rostro humano vestido de corbata y traje, como cualquier civilizado europeo. El film lo perpetro Sáenz de Heredia con el apoyo mediático de Manuel Fraga. Tuvo su éxito en taquilla como correspondía a la época, dejarse ver como en misa los domingos. He de confesar que me gustaría volver a verla, pues lo hice siendo muy chiquitito, (algún reestreno en la tele.) Estoy seguro de que ahora podría sacarle más punta. La del rey me la leeré cuando el libro esté a un par de euros en una de viejo, o saquen la versión porno.


martes, 2 de diciembre de 2025

Los Windsor, Flash Gordon y la sintonía de Queen

Fue en una de las salas del Winsor de Madrid donde vi la peli de Flash Gordon, muchos años antes de que el inmueble se quemase y viésemos arder por la tele. La de Flash salió a colación de la fiebre galáctica que desató la de Lucas, y Dino de Laurentiis quiso exprimir el limón recurriendo al héroe que inspiró al californiano para su serie, que entonces no era más que una segunda parte, con un padre e hijo que se reencuentran. La de Laurentiis era más estrambótica que aquella e incluso que el cómic original de Raymond. Muchos colores, muy teatralizado. Yo ya había visto algunas escenas por la tele, en el programa Aplauso, que invitaba a la juventud a bailar, y me parecieron una horterada, con unos vikingos que al volar parecían cucarachas. Pero entonces no existían muchos más medios visuales que los expuestos y no era cuestión de perdérselos si había ocasión, por lo que nos plantamos mi hermano y yo, por mediación de mi padre, en los multicines del rascacielos a pasar la tarde. Creo que fue allí donde me enteré de que la música era de Queen, o de que existía un grupo que se llamaba así, porque unos tipos más grandotes, un par de años, que se sentaron delante de nosotros, mandaron callar al concurrente para escuchar la obertura. Recuerdo que no me llamó nada la atención. Creo, en mi modesta opinión, que Freddie y los suyos no estuvieron muy acertados en esa cinta. El caso es que no lo pasamos mal del todo. Fue unos años más tarde, en el 85-86 creo, cuando volví a tropezar con aquella melodía, que se convirtió en la sintonía de un programa de radio en el que estuve colaborando algún tiempo, de la mano de Rafael Carlos Padilla y la compañía de J. Ortega Anguiano, José María Domínguez y Rafael Augusto, alías Roper: Cómics 89.1, que se emitía por Radio Córdoba los viernes tarde-noche. Allí dábamos repaso a las infinitas novedades que llenaban los quioscos. El caso, y es a lo que iba, de aquella peli, lo mejor fue el Ming, que estaba muy bien caracterizado, el bigote del príncipe Barin, Ornella Muti, y la curiosa incorporación de un remedo del Doctor Doom, que debió de equivocarse de tebeo.


lunes, 1 de diciembre de 2025

Ahí te vas a quedar.

"Nos queda mucha y mala" era la frase con la que mi compañero de cuartel, Miguel Ángel el pichita, remataba cualquier conversación que hiciese referencia a la mili, que por entonces cumplíamos. Tuve ocasión de oírla muchas veces de sus labios y poco tardé en usarla a destajo también, cuando se torcían los planes. Incluso después, cuando los toques de diana y retreta quedaron muy atrás en el tiempo. La he rumiado mucho en los más de treinta años que he estado pisando las aulas y mi yo más profundo me pedía una salida de emergencia. Pero, por fortuna, volviendo al servicio militar, se fue imponiendo con el paso de los meses otra expresión, menos sombría, pero más sabrosa de pronunciar, aquella de "ahí te vas a quedar", que se soltaba en silencio a todo guripa, cabo o mando cuando te hacía un desplante. Es frase que también ahora mastico con cierto deleite en mi interior, cuando las cosas se ponen feas, y el alumnado celebra mi infinita paciencia, o acuden de la delegación con nuevos informes que rellenar, orientaciones e ingeniosas soluciones que indiferentes vendavales arrastrarán a ninguna parte.



domingo, 30 de noviembre de 2025

La peste porcina y el jabalí de Calidón

¿Y si eso de la peste porcina no es sino una artimaña para acabar con el bicho, que se multiplica y asoma los hocicos por las calles de barrios y pueblos a hurgar en las basuras? No me extrañaría que cuatro listos buscando soluciones dieran con la más radical, o la más natural, según se mire. Tal vez lo más sencillo y romántico hubiese sido contratar a Obélix o al mismísimo Hércules, pero eso de la caza mayor está muy mal visto, y no seré yo el que coja la escopeta para limpiar los montes, pues no tengo licencia de armas. Los antiguos micénicos presumían de cascos formados con dientes de jabalí y adornaban sus escudos con tan fiero animal. El más dañino de todos fue el de Calidón, que lo envío la diosa Artemisa en venganza por haberse olvidado de ella en una celebración; hay mujeres que nunca perdonan una ofensa. A cazarlo se presentaron Meleagro y la joven Atalanta, entre otros. No faltaron rifirrafes entre los cazadores por hacerse por la pieza y en especial cuando Atalanta hirió al cerdo y Meleagro lo remató, pues se discutió de quien era el triunfo. Meleagro cedió y dio el premio a la muchacha. Eso no impidió que la diosa en venganza se cargase al varón, por liquidar a su mascota.



viernes, 28 de noviembre de 2025

San Viernes

Un tío mío, que fue misionero en Ecuador, y con el que coincidí en un ies allá por la Prehistoria, se refería a los viernes como San Viernes, y lo soltaba a bocajarro ese último de la semana, en cuanto que pisaba el centro, en lugar de un buenos días. No era cosa que me hiciese más o menos gracia, me resultaba característico del humor de la familia, que siempre se caracterizó por lo cáustico. Recuerdo que un día pidió al Jefe de Estudios unas biblias porque no había en la biblioteca, o las que había no eran suficientes, ya no sabría decirlo. Estaba yo atento al diálogo y determiné que aquello era intolerable. Ese mismo día me pasé por una tienda de cómics y compré un par de las de José Luis Martín, el que hacía historietas de Dios en El Jueves. En connivencia con Bartolomé, que era el Jefe, lo llamamos al despacho y le adjudicamos sendos ejemplares. O no le hizo mucha gracia o lo disimulo bien. Luego me confesó en secreto que ya lo leía en la sacristía. El caso es que ese día todos los alumnos me felicitaron por mi cumpleaños, que no era, porque mi tío se encargó de decírselo aula por aula. Pero la cuestión de la entrada no era esa, sino que como él entonces, celebro yo este día santo.